La hinchazón abdominal es un desequilibrio muy común hoy en día y normalmente aparece después de las comidas principales.
¿A qué se debe este molesto desequilibrio?
Hay distintas causas que pueden producir hinchazón abdominal. Así pues, es recomendable acudir a un profesional si este desequilibrio persiste en el tiempo.
Algunas de las Causas principales de la hinchazón abdominal:
- Comer deprisa: Comer rápido sin masticar bien fomenta una difícil digestión de los alimentos y favorece la producción de gases y abdomen hinchado.
- Intolerancia alimentaria: Uno de los síntomas de una intolerancia alimentaria puede ser la hinchazón abdominal. Si quieres leer más sobre intolerancias alimentarias, aquí tienes un artículo sobre este tema.
- Falta de fibra: La falta de fibra puede conducir a un estreñimiento vinculado a un malestar digestivo y a la hinchazón abdominal.
- Ciertos alimentos: Si tienes debilidad digestiva o una alteración de la flora bacteriana, podría ser que haya ciertos alimentos que puedan producirte este desequilibrio como por ejemplo las legumbres, las crucíferas, hortalizas crudas como el pimiento o la cebolla…
- Comidas muy copiosas: Pueden dificultar la digestión y pueden fomentar la hinchazón abdominal.
- Colon irritable: Uno de los posibles síntomas del colon irritable es la hinchazón abdominal.
Mi recomendación:
Primero de todo, te recomiendo revisar tus hábitos alimentarios y observa y detecta qué es lo que puede producir la hinchazón abdominal.
Hazte las siguientes preguntas:
- ¿Comes tranquilamente o tan rápido que ni te da tiempo de asimilar el sabor de la comida?
- ¿Intuyes que hay algún alimento que no te sienta del todo bien?
- ¿Vas cada día al baño o tienes dificultades?
- ¿Sueles Comer grandes cantidades en una misma comida?
- ¿Mantienes una vida activa?
Consejos generales:
Como ya he comentado, las causas pueden ser distintas y por este motivo cada caso necesitará un tratamiento determinado. Aún así, aquí te doy unos consejos generales.
- Come tranquilamente y mastica bien los alimentos.
- Come pequeñas cantidades varias veces al día.
- Toma infusiones digestivas después de las comidas, especialmente anís, regaliz y menta.
- Utiliza especies para condimentar tus comidas como el comino, el perejil o la cúrcuma que destacan por su poder antiinflamatorio.
- Evita bebidas carbonatadas y la ingesta de chicles.
- Come alimentos naturales e integrales y evita los productos procesados.
- Cocina las legumbres con algas y come cantidades pequeñas acompañadas de verduras.
- Si intuyes que un exceso de vegetales crudos no te sientan bien, cocina las verduras ya sean al vapor, salteadas, a la plancha…
- El jengibre es un alimento muy beneficioso en estos casos. Puedes cocinar con un poco de jengibre rallado o tomarlo en forma de infusión.
- Mantén una vida activa. El ejercicio físico moderado ayuda a equilibrar el sistema digestivo.
AUTOR
Irene Garibaldi
Dietista especializada en salud digestiva.